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Los cambios regulares de aceite de las transmisiones automáticas merecen la pena: los propietarios mantienen el funcionamiento y la longevidad de su vehículo. Y los talleres pueden ofrecer a sus clientes un servicio especialmente valioso.
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Una transmisión automática representa comodidad y durabilidad. Pero solo si el aceite de la transmisión se cambia con regularidad, la tecnología seguirá siendo fiable. Muchos conductores subestiman la importancia del cambio de aceite en la transmisión automática. Quien respeta los intervalos recomendados se protege de averías costosas y mantiene la calidad de los cambios. En esta guía aprenderás cuándo es necesario un cambio de aceite en la transmisión automática y cómo se lleva a cabo.
El aceite de transmisión cumple funciones fundamentales en una transmisión automática. Lubrica engranajes, embragues y discos, transmite presiones hidráulicas, enfría los componentes y arrastra las partículas de desgaste. Con el tiempo, el aceite pierde eficacia. Los residuos, el calor y los procesos de envejecimiento deterioran el lubricante. El resultado: la transmisión cambia de manera imprecisa, da tirones o responde con retraso. En el peor de los casos, surgen daños costosos.
Un cambio de aceite a tiempo en la transmisión automática aporta ventajas claras. La transmisión funciona de forma más silenciosa y precisa. La vida útil aumenta notablemente. Quien respeta los intervalos ahorra a largo plazo altos costes de reparación. Además, el valor de reventa del vehículo se beneficia de un buen estado de mantenimiento.
Si el aceite de transmisión no se cambia, se corre un grave riesgo. El aceite envejece, pierde sus propiedades de lubricación y refrigeración, lo que puede conducir con el tiempo a daños en la transmisión. Se acumulan partículas de metal y suciedad. Los cambios se vuelven imprecisos y la caja puede sobrecalentarse. En el peor de los casos, fallan componentes clave como los embragues. La reparación de una transmisión automática puede costar fácilmente varios miles de euros.
Una transmisión automática debe recibir un cambio de aceite como máximo cada 80.000 a 120.000 km o – como recomiendan la mayoría de fabricantes – cada tres a cinco años. El aceite envejece con el tiempo, pierde sus propiedades de lubricación y refrigeración y aumenta el riesgo de daños. Siempre deben seguirse las indicaciones del fabricante.
La mayoría de fabricantes recomiendan cambiar el aceite de la transmisión automática como máximo cada 80.000 a 120.000 km o cada tres a cinco años. Los intervalos exactos se obtienen directamente del fabricante del vehículo. Quien conduce mucho en ciudad, remolca con frecuencia o circula en condiciones extremas debería cambiar el aceite antes.
Algunos síntomas indican que el cambio de aceite en la transmisión automática es necesario: cambios bruscos, respuestas lentas, ruidos inusuales o un aumento en el consumo de combustible. Una película de aceite oscura y con olor a quemado en la varilla medidora –por ejemplo en modelos más antiguos de Mercedes-Benz– también es una señal de advertencia.
Elevar y asegurar el vehículo.
Drenar o extraer el aceite de transmisión.
Si es necesario: desmontar el cárter, cambiar el filtro y la junta.
Limpiar y volver a montar el cárter.
Rellenar con aceite nuevo de transmisión.
Comprobar el nivel con el motor en marcha y a la temperatura especificada; rellenar si es necesario.
Prueba de conducción y control final.
En un enjuague de transmisión, todo el sistema se limpia con equipos especiales. De este modo también se eliminan los residuos de conductos y refrigeradores. Un cambio simple de aceite solo reemplaza el aceite del cárter. El enjuague es más exhaustivo, pero también más caro.
Utiliza únicamente el aceite de transmisión (ATF) aprobado por el fabricante. El aceite incorrecto puede causar daños graves. El filtro y las juntas también deben ser de calidad equivalente al equipo original (OEM).
Un cambio de aceite mal realizado puede dañar la transmisión. Por ello, es mejor dejar el cambio en manos de un taller especializado. Estos garantizan también la cantidad exacta de aceite y la correcta purga del sistema.
Para el cambio de aceite en transmisiones automáticas se necesita un elevador o foso, herramientas adecuadas, el aceite correcto, un nuevo filtro y juntas. El conocimiento técnico es imprescindible.
La cantidad varía según el vehículo y el tipo de transmisión. En la mayoría de transmisiones automáticas, entre 5 y 12 litros. Los datos exactos se encuentran en la documentación del vehículo o en el práctico póster de MEYLE.
Tiene sentido cuando un cambio normal de aceite ya no es suficiente, por ejemplo con el aceite muy contaminado o desgastado. Es especialmente recomendable en caso de problemas de cambio o alto kilometraje. Se aconseja una evaluación individual previa.
El aceite envejece, pierde propiedades de lubricación y refrigeración y puede dañar la transmisión. Amenazan reparaciones muy costosas.
La transmisión funciona de manera más precisa, silenciosa y duradera. A largo plazo, el cambio regular evita reparaciones caras.
En las transmisiones de doble embrague (DSG), el aceite debe cambiarse cada 60.000 a 120.000 km según el modelo. Es particularmente importante en embragues húmedos para evitar depósitos y daños. Las indicaciones del fabricante son vinculantes.
Una transmisión bien mantenida puede superar sin problemas los 250.000 km, e incluso los 500.000 km en algunos vehículos. Los cambios regulares de aceite y el uso de ATF adecuado son decisivos. La falta de mantenimiento conlleva desgaste prematuro.
Una transmisión automática debe recibir un cambio de aceite como máximo cada 80.000 a 120.000 km o cada tres a cinco años. Con el tiempo, el aceite pierde sus propiedades de lubricación y refrigeración, lo que puede provocar daños en la transmisión. Siempre deben seguirse las indicaciones del fabricante. Los costes de un cambio incluyen la mano de obra, el aceite, el filtro y los materiales auxiliares. A largo plazo, un mantenimiento regular evita reparaciones muy costosas.