Filtros de aceite MEYLE. Para una lubricación óptima, menos desgaste y estabilidad máxima de marcha.
Los motores de gasolina y gasóleo están lubricados con aceite. El calor generado en la combustión quema también porciones del aceite. Pero un filtro de aceite tiene que cumplir también otras funciones y aguantar para poder hacer llegar al motor aceite siempre limpio y con propiedades lubricantes óptimas. El aceite envejece a cada kilómetro recorrido; en trayectos cortos queda ahí combustible sin quemar, se forma agua de condensación en el motor y en el aceite, y –factor no menos importante– el filtro de aceite está expuesto también a los ciclos de calentamiento-enfriamiento.
Con su alta calidad, los filtros de aceite MEYLE logran que se filtren del aceite residuos de aceite, restos metálicos y hollín y de este modo no accedan al bloque del motor. El motor tiene una lubricación óptima en todo momento, conserva su capacidad funcional y marcha suavemente, sin ruidos molestos.
Importante: ¡Cambiar con regularidad los filtros de aceite!
Un aceite más limpio significa menos desgaste, potencia óptima del motor y, con ello, una marcha económica y suave. Para garantizar este resultado, se debe cambiar los filtros de aceite, siguiendo en cada caso las indicaciones del fabricante, una vez al año o cada entre 10.000 y 30.000 kilómetros.